Propiamente leída, la Biblia es la fuerza más
potente para el ateísmo jamás concebida.
(Isaac Asimov)
En la entrada anterior probamos a enmarcar una leyenda en su contexto, hoy intentaremos seguir la pista de una práctica que apareció muchos miles de años antes de que a nadie se le ocurriese adorar a Yahvhé, pero que tuvo un desarrollo peculiar dentro de la tradición judeo-cristiana. Este análisis nos llevará unos cuantos posts, así que vamos a empezar con una breve introducción histórica que nos ayude a contextualizar los textos bíblicos, y una presentación general del sacrificio de seres humanos en la Biblia.