Juro por mi mismo
(Gn 22: 16)

domingo, 29 de mayo de 2011

LA SERPIENTE QUE NO ENGAÑÓ A EVA


 La mujer ha de aprender en silencio y sumisa.
No acepto que la mujer dé lecciones ni órdenes al varón.
Estése callada, pues Adán fue creado primero y Eva después.
No fue seducido Adán, la mujer fue seducida y cometió la transgresión.
(1 Tim 2: 11-14)

      Según la tradición bíblica una serpiente engañó a Eva, la primera mujer, para que comiera del árbol del conocimiento, y ésta a su vez convenció a Adán, el primer hombre. Esto se conoce en teología como Pecado Original, y todas las religiones basadas en la Biblia presumen tener la clave para librarnos de él. Pretende explicar por qué tenemos que trabajar para comer y parir con dolor, y sirve de excusa para dar rienda suelta a la misoginia bajo el supuesto de que las mujeres, como Eva, son todas unas pecadoras.
   Vamos a inaugurar el blog viendo cómo todo esto está basado en una interpretación torcida de tres versículos, que poco tiene que ver con el sentido original del mito.

   Esta historia se relata en los capítulos 2 y 3 del primer libro de las Escrituras, el Génesis. Antes de crear a Eva, Dios avisa a Adán de las consecuencias de comer del árbol prohibido:

pero del árbol del conocimiento del bien y el mal no comas;
porque el día en que comas de él, ciertamente morirás.
(Gn 2: 17)

    Este segundo capítulo termina con la creación de Eva a partir de una costilla de Adán (Gn 2: 21-25), y el tercero comienza con la aparición estelar de la serpiente, que tiene la siguiente conversación con Eva:

Pero la serpiente, la más astuta de cuantas bestias del campo hiciera Yahvhe Dios, dijo a la mujer: -¿Conque os ha mandado Dios que no comáis de los árboles todos del paraíso?-. Y respondió la mujer a la serpiente: -Del fruto de los árboles del paraíso comemos, pero del fruto del que está en medio del paraíso nos ha dicho Dios: -No comáis de él, ni lo toquéis siquiera, no vayáis a morir-. Y dijo la serpiente a la mujer: -No, no moriréis; es que sabe Dios que el día que de él comáis se os abrirán los ojos y seréis como Dios, conocerdores del bien y del mal-.
(Gn 3: 1-5)

    Según esto, la serpiente consigue que Eva acceda a la sabiduría a través de una mentira. Pero lo cierto es que, como el mismo Yahvhe asegura, existe la posibilidad de que sigan viviendo aun después de haberle desobedecido; veamos de qué se da cuenta Dios justo después de castigar a Adán, Eva y la serpiente por haberle toreado:

Dijo Yahvhe Dios: -He aquí al hombre hecho como uno de nosotros, conocedor del bien y del mal; que no vaya ahora a tender su mano al árbol de la vida, y comiendo de él, viva para siempre-. Y el Señor Dios lo expulsó del jardín de Edén, a labrar la tierra de donde había sido tomado. Echó al hombre, y al oriente del jardín de Edén colocó a un querubín que blandía una espada llameante para cerrar el camino del árbol de la vida.
(Gn 3: 22-24)

Tárgum de Jonathan, s. I aC
    Así visto parece que todos mintieron un poco: Dios ocultó la existencia del árbol de la vida y la serpiente negó categóricamente la posibilidad de que muriesen. Además ambos ocultaron el hecho de que Adán y Eva ya eran mortales, pues si fuese de otro modo la existencia de un árbol de la vida carecería de sentido.
    Lo que sí resultó cierto es lo de “seréis como Dios”, pues Él mismo dice “he aquí al hombre hecho como uno de nosotros”.

    Aunque parezca increíble, este lío tan absurdo ha sido y es la excusa para justificar la inferioridad de la mujer en las culturas basadas en la Biblia.
   El entuerto se debe a que la interpretación del texto hebreo y su traducción están supeditadas a un dogma que apareció mucho después, el del Pecado Original: si la serpiente dijo lo contrario de Dios y Eva hizo caso, significa que la pobre mujer desobedeció a Yahvhé confiando en una mentira. Eva es entonces la primera pecadora, siguiéndole inmediatamente después Adán... y todo sea dicho, según los cristianos Jesús fue crucificado para librarnos de este Pecado.





¿Y entonces quién tiene la culpa?
    Para salir de este barrizal vamos a centrarnos en la forma que toma el verbo morir en la lengua original en la que fue escrito el libro de Génesis (debajo de la grafía hebrea está escrita la pronunciación aproximada en caracteres latinos).
     Cuando Yahvhe avisa a Adán le dice lo siguiente:
מות תמות
Moth Thamuth
(Gn 2: 17)

    Esta forma verbal implica que van a morir seguro, pero sin especificar dónde ni cuándo. Y así ocurrió, pues comieron del árbol, les echaron a patadas del Edén y después murieron. Una traducción más exacta sería “acabarás muriendo [algún día]
   Pero como hemos visto antes (Gn 2: 15-17), Dios avisó al hombre y después creó a la mujer, así que Eva escuchó la amenaza de boca de su pareja. Hubo un malentendido y la mujer dijo a la serpiente:
תמתון
Themuthun
(Gn 3: 3)

    Aquí tenemos el verbo morir conjugado diferente, en su forma perfectiva, que supone la inmediatez de una acción acabada. Para entendernos, Eva creyó que moriría inmediatamente, como si la manzana estuviese envenedada. Se puede traducir como “[Dios nos dijo:] -moriréis al instante-”, por eso la serpiente contestó:
לא־מות תמתון
Lo-Moth Themuthun
(Gn 3: 4)

    Lo es el adverbio negativo no, y vemos que la serpiente hace un juego de palabras con lo que dijo Dios y lo que dijo Eva. Se podría traducir como “no morirás de inmediato”, es decir, que no morirán inmediatamente después de comer el fruto prohibido, lo cual es totalmente cierto.

   Al final resulta que nadie mintió, nuestros padres legendarios fueron tentados hacia la sabiduría a través de la verdad, como no podía ser de otra manera.
     Pero ese conocimiento incluye ser conscientes de la propia muerte y surge la posibilidad de desear la vida eterna, (alcanzarla es la promesa principal de toda religión que se precie), por eso Yahvhe decide tomar la medida preventiva de expulsarlos del paraíso para que no coman del árbol de la vida. En la ignorancia anterior al pecado original Adán y Eva desconocían el valor de éste árbol, por lo tanto no había necesidad de ocultarlo o protegerlo.

    En general, toda la mitología arcaica habla de una época en la que existía un trato familiar con Dios o los dioses, pero que se rompió por haber cometido alguna falta. Muchos pueblos antiguos poseen relatos del pecado original: los Brahamanes indios narran cómo el primer hombre desencadena su miseria al comer de un árbol sagrado. En el mito persa Bundehes la primera pareja humana es seducida por Arriman, que les ofrece frutos para comer. En la mitología sumeria Gilgamesh pierde la “hierba de la vida” por la astucia de una serpiente y Enguidú es seducido por una mujer con la que tiene relaciones sexuales, lo que provoca que los animales, con los que vivía en armonía, se vuelvan hostiles.
  Todos los relatos antiguos, especialmente los asirios y acadios, están íntimamente relacionados con el relato bíblico; parece que los autores del Génesis aglutinaron estas tradiciones construyendo una bella historia en la que aparecen el árbol, la fruta, la serpiente y la mujer. Lo que no hicieron nuestros ancestros fue condenar el hecho de obtener sabiduría, y normalmente el personaje que la conseguía era castigado por los dioses, pero honrado por los hombres como un héroe.
    Es muy posible que en algún momento Eva fuese el glorioso símbolo del conocimiento que nos permitió dejar de depender de lo que producía la naturaleza, para comenzar a vivir de lo que producimos con nuestras propias manos labrando la tierra de donde hemos sido tomados (Gn 3: 23). Este periodo histórico se conoce como neolítico y fue un lento proceso de unos 6000 años que comenzó entorno al 8000 a.C.; todos estos relatos arcaicos, incluyendo el del Génesis, surgen durante la transición del nomadismo al sedentarismo agrícola, y recuerdan con nostalgia la época de cazadores-recolectores.

    En todo caso, la culpa de todo no la tiene Eva, que nos igualó a los dioses (Gn 3: 22), sino el hecho inevitable de que cuanto más crece la montaña de nuestra sabiduría más se amplía el horizonte de nuestra ignorancia.

Now Adam said to Eve listen here to me
Don't you let me catch you messin' round that apple tree
Oh yeah ever since the world began...

3 comentarios:

  1. James

    Miguel de la manzana dices en tu estudio...quien dijo que era manzana, me sorprende que eres tan formal y aplicado y ahi fallas.
    y que tanto estudio no te demuestre que se habla de una muerte espiritual, como si se burlan de compara la serpiente con Sátanas y en eso otro no; mmmm me recuerdas a mi amigo ateo que busca y busca contradicciones, pero yo solo veo puras comparativos y obombardean las Doctrinas de la Iglesia Catolica mas que nada, no se a quienes van dirigitos estos estudios tan llenos de Sabiduria; de hecho mencionas a Albert en uno de ellos, Gran hombre, pero pues como todos los grades Cientificos, nunca llenan de tanto saber, que se hunden mas in su ignorancia

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    1. James,

      he repasado la entrada y no entiendo qué relevancia tiene haber usado la palabra "manzana" en una sola ocasión como referencia al fruto prohibido. Aunque efectivamente en Génesis no especifica qué fruta era, una tradición muy muy antigua la identifica con una manzana, y así es como ha quedado en la conciencia popular, de forma que el significado de la frase se entiende perfectamente. Si hubiese dicho "níspero" entendería que me llamases la atención, pero en este caso, además de que cualquiera conoce la identificación apócrifa del árbol del Bien y del Mal con un manzano, justo encima tienes una imagen de un tárgum del siglo I a.C. que incurre en el mismo error que me recriminas, ¿acaso crees que los esforzados y piadosos escribas que tradujeron el génesis del hebreo al arameo no sabían de lo que hablaban? En fin, el caso es que en esa frase no comento el tipo de fruta, sino una cuestión muy concreta de gramática hebrea y a ese respecto bien podría haber dicho níspero o higo chumbo, que la validez de la oración no cambiaría ni un ápice.

      Por otro lado no entiendo por qué te recuerdo a alguien que busca contradicciones, pues que yo sepa no he escrito ni una sola línea a ese respecto. De hecho buscar contradicciones en la Biblia siempre me ha parecido una actividad que bascula entre lo tonto y lo inútil, algo así como buscar contradicciones en el Quijote. Mejor dicho, dado que la Biblia es un conjunto heterogéneo de escritos a los que se ha dotado de una cierta unidad conceptual, sería como coger El cantar del Mío Cid, Tirant lo Blanc y El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, y buscar contradicciones entre ellos; seguro que encontraríamos bastantes, pero también es seguro que eso no aportaría nada a los estudios literarios.

      No sé por qué presupones que desconozco la explicación del mito según la cual se habla de una "muerte espiritual" (tampoco sé por qué no te gusta el término pecado original, que viene a decir lo mismo), es un tema recurrente en las epístolas de Pablo. Pero el génesis se redactó mucho antes de que Pablo o Jesús pisaran la Tierra y su tradición oral se pierde en la noche de los tiempos así que, incluso desde el punto de vista de un creyente, los que imaginaron este bello cuento no podían de ningún modo entenderlo a tu manera, porque no habían escuchado la revelación de Cristo. Para más INRI, el hebreo bíblico no tiene ninguna palabra para referirse a lo que tú llamas espíritu o alma, de hecho es una lengua que carece de términos abstractos (también escribí sobre esto: http://melopiensoyluegoexisto.blogspot.fr/2012/05/explicando-el-explicar-explicar-el-que.html). Sobre este presupuesto yo me pregunto cuál sería la interpretación original y para llegar a ella repaso los mitos de las culturas más antiguas que la hebrea, de las cuales ésta última bebió abundantemente, y me encuentro con que corresponde perfectamente con todas esas historias sobre el origen de la sabiduría, que intentan explicar por qué nos distinguimos de los animales.

      Me temo que lo que se contradicen son tus prejuicios religiosos y pretendes acusar de ello a la Biblia.

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  2. TODO ES SIMBOLICO.......... NO LITERAL

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